jueves, 19 de febrero de 2009

Slumdog millonaire






Esta es una de las mejores películas que he visto últimamente. Habla del destino, de cómo un chaval de la calle (en inglés 'slumdog') concursa en el progama favorito de la televisión (quien quiere ser millonario).La policía no se cree que haya respondido a todas las preguntas de forma lícita y lo detiene. Lo que la autoridad no sabe es que el joven se presentó al concurso para demostrar su amor por Latika, una amiga suya muy fan del programa.
Está rodada en lugares emblemáticos de India -la estación Victoria de Bombay o el Taj Mahal-, pero centra su acción en los suburbios de Dharavi y Juhu -donde viven un millón de personas de los 20 que tiene Bombay.
Lo que muestra la película es como la vida marca, en ocasiones nos enseña, y el amor nos puede salvar.

Danny Boyle, A.R. Rahman. "Slumdog millonaire"

sábado, 14 de febrero de 2009

En el día de la fecha

Para que tú me oigas,
mis palabras
se adelgazan a veces
como las huellas de las gaviotas en las playas.

Collar, cascabel ebrio
para tus manos suaves como las uvas.

Y las miro lejanas mis palabras.
Más que mías son tuyas.
Van trepando en mi viejo dolor como las yedras.

Ellas trepan así por las paredes húmedas.
Eres tú la culpable de este juego sangriento.

Ellas están huyendo de mi guarida oscura.
Todo lo llenas tú, todo lo llenas.

Antes que tú poblaron la soledad que ocupas,
y están acostumbradas más que tú a mi tristeza.

Ahora quiero que digan lo que quiero decirte
para que tú me oigas como, quiero que me oigas.

El viento de la angustia aún las suele arrastrar.
Huracanes de sueños aún a veces las tumban.
Escuchas otras voces en mi voz dolorida.
Llanto de viejas bocas, sangre de viejos súplicas.
Ámame, compañera. No me abandones. Sígueme.
Sígueme, compañera, en esa ola de angustia.

Pero se van tiñendo con tu amor mis palabras.
Todo lo ocupas tú, todo lo ocupas.
Voy haciendo de todas un collar infinito
para tus blancas manos, suaves como las uvas.

Pablo Neruda, "Veinte poemas de amor y una canción desesperada"

domingo, 8 de febrero de 2009

...y el chocolate espeso (Let’s get things clear!)

Cuando desde América, el monje español fray Aguilar envió las primeras muestras de la planta de cacao a sus colegas de congregación al Monasterio de Piedra, para que la dieran a conocer, al principio no gustó, a causa de su sabor amargo, por lo que fue utilizado exclusivamente con fines medicinales.

Posteriormente, a unas monjas del convento de Guajaca se les ocurrió agregarle azúcar al preparado de cacao, y ese nuevo producto causó furor, primero en España y luego en toda Europa.

En esos tiempos, mientras la Iglesia se debatía sobre si esa bebida rompía o no el ayuno pascual, el pueblo discutía acerca de cuál era la mejor forma de tomarlo: espeso o claro.

Para algunos, el chocolate se debía beber muy cargado de cacao, por lo que preferían el chocolate espeso, o sea, "a la española"; para otros, el gusto se inclinaba por la forma "a la francesa", esto es, más claro y diluido en leche.

Los ganadores, finalmente, fueron los que se inclinaron por el chocolate cargado, por lo que la expresión las cosas claras y chocolate espeso se popularizó en el sentido de llamar a las cosas por su nombre.

El chocolate por tanto no solo es saludable, estimulante y aliado de la memoria, además es un filósofo de la vida. Llamemos a las cosas por su nombre, sin olvidar que algunas para que puedan ser realmente comprendidas debemos, además, sentirlas.

domingo, 1 de febrero de 2009

A veces...



A veces, la vida se comporta y te da un respiro. Y se quitan las ganas de cambiar el mundo, o de darle una patada en el culo. Porque te engaña y te empuja a verlo todo blanco y transparente. Entonces, sin darte cuenta, empiezas a respirar hondo, como si el aire fuera puro -porque parece puro-, y se te relaja la mirada, y se te dibuja en los labios una sonrisa limpia y clara.
A veces, pasa. Sólo a veces. Pero, ¡habrá que aprovecharlo!





Pep Antón / Frank Sinatra, "Come fly with me".