sábado, 24 de enero de 2009

Un cortado

Dice la teoría que el cortado es un café expreso al que se le agrega una tercera parte de leche caliente espumosa. Al parecer la habilidad de los cafeteros consiste en calentar mucho la leche haciendo que se trasforme en una espuma densa y continua, para logarlo con arte es fundamental tener un buen oído. Algunos cafeteros, incluso, añaden antes un chorrito de leche fría y después una cuarta parte de leche caliente espumosa.

Luego viene las preferencias de los consumidores, algunos, ignorantes de la importancia de la leche caliente para lograr la espuma lo piden con leche natural, otros piden que el café sea descafeinado, hay quien los acompaña de algún licor (aunque a veces no se quien acompaña a quien) y cuenta la leyenda que ante la pregunta mil veces repetida de, "¿lo quiere de sobre o de máquina?" ,hubo quien dijo "de sobre", pero no está suficientemente contrastado y los testigos no son fiables... En cuanto al edulcorante, es un capítulo tan controvertido y se ha opinado tanto y con tan poco fundamento..., que dejaré su estudio para mejor ocasión.


Pero lo fundamental del cortado es su poder. No se tiene consciencia del mismo, pero existe. Me acostumbré a los cortados y tengo una dependencia tal, que pensé en analizarlo pues, me dije, ¿que aporta un cortado al hombre?
Intenté racionalizar la cuestión, quizás haciendo una lista de pros y contras, quizás probando a tomar menos (o más) y ver sus consecuencias, o tal vez (pensé) claudicando y uniéndome a los cafeteros creando la primera cadena de "solo cortados".

Al final, y tras dedicar considerables esfuerzos a la cuestión (cuando me pongo, me pongo) concluí que lo importante del cortado es la gente que está a su alrededor. Cuando pienso en las personas con quien los he compartido (y comparto), en tantos y variados momentos y todo lo aprendido, sólo puedo concluir que de este "vicio" no me quito y preguntar, ¿nos hacemos un cortado?

viernes, 23 de enero de 2009

A través de la lluvia me llegas tú




B.J. Thomas, Raindrops keep falling on my head

Cuidado con el lobo

Quisiera contaros una historia, la historia de Pedro y el lobo. Una fábula musical donde los personajes están representados por diversos instrumentos:

Un pajarito ligero y delicado de plumas como la seda: la flauta
Un estúpido pato de pico ancho y palmípedos pies: el oboe
Un gatito suave pero voraz y vanidoso: el clarinete
El sabio y viejo abuelo constantemente preocupado por Pedro: el fagot
Un lobo de afilados dientes y afiladas garras. ¡Cuidado que llega!
Pedro el héroe de nuestra historia, tan importante que esta representado por todos los instrumentos de cuerda de la orquesta
Los cazadores rastreando el bosque y disparando sus escopetas: los timbales


Era muy de mañana cuando Pedro salió de su casa abrió la puerta y se dirigió al ancho y verde prado.
En la rama de un árbol enorme estaba un precioso pajarito. “Todo está tranquilo y apacible esta mañana”, dijo piando alegremente.
En ese preciso instante apareció el pato paseando con sus típicos andares. Se alegró de que Pedro hubiera dejado la puerta abierta, había un profundo estanque en el prado y le gustaba nadar.
Al ver al pato el pájaro bajo volando y se acerco a él.
El pajarito que era muy afable dijo: “Que clase de pájaro eres que no puedes volar”, “Que clase de pájaro eres que no puedes nadar”, respondió el pato con desdén. Dicho lo cual se zambullo presuntuosamente en el estanque.
Aquello acabó en una discusión. Discutieron, discutieron. El pato mientras chapoteaba en el agua, el pájaro brincando enojado en la orilla.


En aquel instante algo atrajo la atención de Pedro; un gato. Un gato acechaba entre la hierba.
El gato pensaba: “Este pájaro está ocupado discutiendo, es muy probable que lo pueda atrapar ahora”. Y se arrastro preparando sus aterciopeladas garras.
¡Cuidado! gritó Pedro y el pájaro levanto el vuelo justo a tiempo.
Mientras el pato graznaba enfadado al gatito.... Desde el centro del estanque, el gatito paseaba arriba y abajo observando al pájaro y pensaba “Miapregunto si merece la pena trepar tan alto, cuando llegue allí el pajarillo se habrá escapado”.
Y el abuelo, fumando su pipa, salió de la casa y cruzo el portón que estaba abierto. No le gustaba que Pedro entrase en el prado “No es un sitio adecuado para ti, hay lobos y todo. ¿Sabes algo acerca de los lobos? Seguro son peligrosos”.
Pedro no dijo nada; por supuesto no temía a los lobos pero no podía discutir con su abuelo.
El abuelo llevó a Pedro a casa y cerro la puerta asegurándola.
Tan pronto como Pedro se hubo marchado un hambriento lobo gris salió del oscuro bosque.


El gato se volvió y lo vio. En un segundo huyo subiéndose al árbol.
El pato grazno histéricamente pero en medio de su terror saltó estúpidamente fuera del estanque.
El lobo lo vio y se abalanzó como una bala hacia él y no importa cuan rápido el pobre pato trataba de correr, no podía escapar, el lobo se acercaba más y más. Ya sentía su aliento. Ya le alcanzaba. Por fin lo atrapó y de un solo bocado se lo tragó.
Ahora las cosas estaban así: el gato subido en el árbol sentado en una de las ramas.
El pajarito en el mismo árbol sobre otra rama, pero no demasiado cerca del gato pues no había precisamente una gran amistad entre ellos.
El lobo paseaba arriba y abajo al rededor del árbol observando con ojos voraces y relamiendo sus hambrientas mandíbulas.
Pedro, que lo había visto todo, pensaba “Aja de modo que el lobo quiere a uno de ellos. Esto puede convertirse en un doble juego. Yo lo atraparé”.
Pedro se fue a su habitación, buscó una cuerda fuerte y ensayo una o dos rápidas lazadas.
Salió, y sin ruido trepó al muro de piedra sobre el que se extendía una de las ramas del árbol.
Silenciosamente agarró la rama y ágilmente se subió en el árbol.
Le murmuró al pájaro: “Se buen pajarito revolotea sobre la cabeza del lobo, pero no te acerques demasiado, solo lo suficiente para mantenerle ocupado durante unos segundos”.
El pájaro obedeció y voló sobre la cabeza del lobo casi tocándole. El lobo daba grandes saltos. Chasqueaba sus afiladísimos dientes.
Pero el pájaro era muy listo y el lobo no pudo alcanzarle.
Mientras tanto, Pedro agarro la cuerda firmemente con la mano.
Sin que el lobo lo advirtiese deslizo el lazo sobre su cola y entonces tiró de la cuerda con todas sus fuerzas.
¡Hecho! El lobo estaba atrapado. El lobo saltó salvajemente tratando de escapar.
Pero Pedro ató el otro extremo de la cuerda al árbol.
Cuanto más se revolvía el lobo más se apretaba el lazo en su dolorida cola.


Y en aquel momento, los cazadores salieron del bosque. Siguiendo muy de cerca el rastro del lobo y disparando de vez en cuando sus escopetas.
“¡Alto no disparen!”, gritó Pedro, “el pajarito y yo hemos atrapado al lobo, ayudadnos a llevarlo al zoológico”.
Y entonces, figuraos el cortejo triunfal.
Pedro a la cabeza de todos, seguido por los cazadores arrastrando al lobo. A la saga de la columna el gato y el abuelo, este fumando su pipa y moviendo quisquillosamente la cabeza murmuraba: “bien, ¿y si Pedro no hubiese atrapado al lobo, entonces que?
Por encima de todos volaba el pajarito. Se sentía orgulloso de sí mismo. “Mirad lo que Pedro y yo hemos atrapado”.
Y si escucháis atentamente aun podéis oír al estúpido pato graznando en la barriga del lobo porque sabéis, en su furioso ataque, el lobo se lo había tragado vivo.




"Pedro y el lobo", Serguéi Prokofiev."Pedro y el Lobo", Suzie Templeton


domingo, 11 de enero de 2009

Llenos de Luna






"Amemos la vida no por habernos acostumbrado a vivir, sino a amar"

"Claro de Luna", Debussy
"Moonlight Shadow", Mike Oldfield

martes, 6 de enero de 2009

Mereces ser feliz (enero)

¿Que mejor deseo para comenzar el año?
Y que deseo más trillado, amplio y difuso en sí mismo. Al parecer todos buscamos lo mismo en esta vida: la felicidad y no sabemos muy bien lo que es y en ocasiones no la sabemos reconocer.
Dice Wikipedia que es algo simple, felicidad es:
"un estado del ánimo resultado de una actividad neural fluida en la que los factores internos y externos interactúan estimulando el sistema límbico"
¿A que ahora lo tenemos mucho más claro? Según eso no hay más que dejar fluir la actividad neuronal, o dejarnos fluir como el la teoría del flow de Mihalyi Csikszentmihalyi (con ese apellido ya hay que dejarse fluir para ser feliz).
En cualquier caso ahí queda el deseo y añadiré una frase del "Libro de la gratitud" que me han regalado estos días y que según se indica en el mismo es una poderosa herramienta para atraer felicidad ...
"Una persona agradecida es aquella que da las gracias ante cualquier circunstancia"


Shakyra, "Dia de enero"
Rhonda Byrne, "El Secreto: El libro de la gratitud"

domingo, 4 de enero de 2009

If

Si guardas en tu puesto, la cabeza tranquila,
cuando todo a tu lado es cabeza perdida.
Si tienes en ti mismo una fe que te niegan
y no desprecias nunca, las dudas que ellos tengan.

Si esperas en tu puesto, sin fatiga en la espera.
Si engañado, no engañas,
Si no buscas mas odio, que el odio que te tengan...

Si eres bueno y no finges ser mejor de lo que eres,
Si al hablar no exageras lo que sabes y quieres.
Si sueñas, y los sueños no te hacen su esclavo.
Si piensas y rechazas lo que piensas en vano.

Si tropiezas el triunfo, si llega tu derrota,
y a los dos impostores les tratas de igual forma.
Si logras que se sepa la verdad que has hablado,
a pesar del sofismo del orbe encanallado.

Si vuelves al comienzo de la obra perdida,
aunque esta obra sea la de toda tu vida.
Si arriesgas en un golpe y lleno de alegría,
tus ganancias de siempre, a la suerte de un día,
y pierdes, y te lanzas de nuevo a la pelea,
sin decir nada a nadie de lo que es y lo que era.

Si logras que tus nervios y el corazón te asistan,
aun después de su fuga, de tu cuerpo en fatiga,
y se agarren contigo cuando no quede nada,
porque tu lo deseas y lo quieres, y mandas.

Si hablas con el pueblo y guardas tu virtud.
Si marchas junto a reyes con tu paso y tu luz.
Si nadie que te hiera, llegue a hacerte la herida,
Si todos te reclaman y ninguno te precisa.

Si llenas un minuto envidiable y cierto,
de sesenta segundos que te lleven al cielo....
Todo lo de esta tierra, será de tu dominio,
y mucho mas aún,
serás hombre, hijo mío.

"Si", Rudyard Kipling